Llegar a Getsemaní, uno de los barrios del Centro Histórico de Cartagena, a pocos pasos de la
ciudad amurallada, es como un viaje al pasado. En sus calles y plazas llenas de alboroto y alegría
se mezclan vecinos residentes con gentes de todo el mundo, y a medida que se recorre se van
descubriendo colores, olores y sabores de la historia del Caribe en cada uno de sus rincones.
¡Allí, todo es posible! Niños jugando pelota en la plaza, un par de vecinas conversando en sus
mecedoras en las puertas de las casas, el bonche de viejos amigos jugando ajedrez en la calle,
como si fuera un pueblo eterno sumido en la historia, donde todos se conocen y dejan las puertas
abiertas. De pronto a la vuelta de cualquier esquina aparece un lujoso hotel boutique al lado de un
pequeño taller de artesanos, negocios de todo tipo, tiendas de abarrotes para comprar la comida
del día, hostales para mochileros, comida callejera y por supuesto no pueden faltar los perros sin
dueño que deambulan somnolientos y que al final son de todo el barrio.
Allí se puede encontrar la calle más angosta del mundo cubierta con un cielo de colores, también
valientes lanceros de bronce que desde la Plaza de la Trinidad cuentan la historia de la
independencia de Colombia. El tiempo se ha detenido en sus vetustas casas coloniales que
extrañan a sus dueños ausentes y poco a poco van resignándose a convertirse en algo diferente de
los hogares que alguna vez fueron.
En este mágico entorno, en una de esas casas vetustas de paredes de coral y argamasa, abrió sus
puertas en 2011 el primer DI SILVIO TRATTORIA, entre los restaurantes en Cartagena, es parada
obligada y la opción perfecta para pasar momentos memorables alrededor de la mejor comida
italiana, esa que reúne a las personas en una gran mesa para vivir encuentros inolvidables llenos
de alegría; esa cuyo condimento principal es la conversación, el afecto y el placer de compartir.
Imperdible degustar las delicias de la comida italiana tradicional con sus sabores frescos, sencillos
y universales, así como las propuestas eclécticas e innovadoras que fusionan ingredientes locales
en la mejor pasta y mejor pizza, en un espacio lleno de magia, historia y vida local.